Marco Teórico
Conviviendo y Aprendiendo en las Diferencias
Un proceso de enseñanza y aprendizaje debe abarcar mucho más allá de la formación de los estudiantes, cada modelo pedagógico, cada enfoque educativo, cada currículo debe propender por propiciar y fomentar un aprendizaje significativo, que tenga en cuenta las realidades propias de los educandos, pero no solo basta formarlos de manera integral, critica y reflexiva; toca desde nuestro papel como agentes formadores crear espacios de interacción que lleven a los estudiantes a valorar y respetar sus diferencias a partir de sus realidades culturales, vivenciales y experienciales. Es aquí que se debe desde nuestra cotidianidad educativa promover una educación intercultural e inclusiva que permita contemplar las diferencias desde la normalidad. Pero para realizar esto, según (Aguado y Del Olmo, 2009) es necesario un cambio radical de la concepción de la educación, que considere la diferencia cultural como un bien en sí mismo.
Hoy en día es muy común encontrar en nuestros entornos educativos estudiantes con diferentes características o particularidades; hay inmigrantes, indígenas, afros o con necesidades educativas especiales; nosotros como docentes desde nuestras prácticas pedagógicas debemos fomentar espacios de convivencia e interacción en los que la diversidad y la inclusión sean los motores que propicien enseñanzas y aprendizajes significativos desde las realidades contextuales, culturales y de aprendizaje propias de los educandos; en nuestra cotidianidad educativa la diversidad no debe verse como un problema, sino como un camino que conlleve a un proceso de enseña más justo e inclusivo; y en el que las diferencias sean vista como una normalidad. Por ello mencionando (Puig Rovira, 1993, 121; Aranguren y Sáez, 1998) "es preciso idear imaginativas modalidades de aprendizaje que respondan a esta nueva situación, poner en marcha diferentes mecanismos encaminados al aprendizaje de procedimientos metaculturales: criterios axiológicos universales, pautas de crítica intercultural y elementos para eliminar los prejuicios provocados por la diferencia."
Desde el quehacer docente nuestras practicas pedagógicas deben ir enmarcadas en principios de idoneidad ética que favorezcan los procesos de aprendizajes en nuestros estudiantes; cada uno de ellos deben ser formados o moldeados teniendo en cuenta sus particularidades y peculiaridades como individuos, pero no basta solo con enseñarles a ser agentes racionales y analíticos transformadores de sus propios entornos y realidades. Es menester desde la escuela abrir pautas formativas que le permitan a los educandos conocer, vivenciar y apropiarse de las diferentes diversidades culturales, sociales, étnicas, de credo u opinión a las que están expuestos y a partir de estas experiencias significativas fortalecer, respetar y valorar la interacción desde las diferencias propias de cada individuo.

- Puig Rovira, J.M. (1993). Minorías étnicas y educación democrática. En P. Ortega y J. Sáez (Coords.), Educación y democracia (pp. 73-79). Murcia: Cajamurcia.
- Aguado O., M. T. y Del Olmo, M. (coord.). (2009). Educación intercultural. Perspectivas y propuestas. Madrid: Ramón Areces.
- Aranguren, L. y Sáez, P. (1998). De la tolerancia a la interculturalidad. Un proceso educativo en torno a la diferencia. Madrid: Anaya.
- Duk, C. (s.f). Modulo 2: El enfoque de la educación inclusiva (pp. 35-43) en: Educar en la diversidad. Chile: UNESCO/OEA.